Vídeo sobre la huella digital
Llamamos «huella digital» a ese rastro de información que vamos dejando en Internet a través de nuestra presencia en la Red.
Cada vez que ponemos algo en Internet, debemos pensar que dicha información puede quedar allí expuesta por mucho tiempo, y quizás sin que podamos borrarla. Cuando visitamos páginas web, se va quedando un registro o «historial», donde constan los sitios que hemos visitado. Este rastro puede que sea muy positivo o, por el contrario, puede que muestre que los contenidos visitados o las informaciones, fotografías o vídeos que hemos depositado no siempre han sido los más adecuados para nuestra formación y educación ni para nuestra identidad digital.
La capacidad que existe en Internet para acceder a la información hace que todo lo que escribimos o compartimos allí lo pueda leer cualquiera, la gente lo puede comentar y volver a compartirlo, por lo que un simple comentario, una fotografía, etcétera, podría ser leído o visto por miles de personas. Por todo ello, siempre hay que pensar que en la Red debemos actuar igual que lo hacemos en casa o en el colegio.
Derecho al olvido
La huella digital se va configurando porque los datos publicados en Internet quedan disponibles de forma permanente. Sin embargo, puede ocurrir que a medida que vayamos creciendo, sintamos vergüenza o simplemente no nos guste que haya fotos o comentarios de alguna vivencia que tuvimos hace meses o años. Podríamos definir el «derecho al olvido» como la facultad que tenemos para exigir que se elimine o bloquee determinada información personal en Internet.
En Europa, desde 2014, debido a una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, se reconoció el derecho de la ciudadanía a pedir a un buscador que borre los enlaces a información personal que ya no es pertinente, aunque esta sea cierta y pública. Esto ha sido ratificado en 2016 en el Reglamento de la Protección del Tratamiento de Datos Personales y la Libre Circulación de estos, por el Parlamento y el Consejo europeos.
Existen organismos y procedimientos para borrar aquella información que consideremos que es excesiva o que está siendo indebidamente utilizada, por ejemplo, a través de la Agencia Española de Protección de Datos. De esta manera podremos ganar en privacidad y conseguir que nuestra huella digital se ajuste a aquella información que, de forma voluntaria y como parte de nuestra identidad digital, hemos proporcionado.